TEXTO
“Entonces
los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el
reino a Israel en este tiempo? Y les
dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso
en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros
el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:6—8).
COMENTARIO
Por
Selvin Monterroso
En el
presente comentario nos concentraremos en la pregunta hecha por los discípulos:
“…¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?, y su respectiva respuesta por
parte de Jesús.
¿Cuántas
veces hicieron la pregunta los discípulos?
El texto de
la Reina Valera afirma: “los que se habían reunido le preguntaron”. En griego, el verbo se encuentra en tiempo
imperfecto (ἠρώτων).
Una mejor traducción del versículo sería: “los que se habían reunido
preguntaban”. Esto significa que varios discípulos
preguntaron a la vez o que hicieron la pregunta en más de una ocasión. De cualquier manera, el uso del tiempo
imperfecto por parte de Lucas indica que los discípulos buscaban
insistentemente una respuesta por parte de Jesús.
¿En qué consistía la pregunta?
Hay veces que creemos comprender muy bien un pasaje porque parece
sencillo. A continuación haremos un
estudio analítico de las diferentes partes de la pregunta para luego notar el
énfasis de la misma.
Restaurarás: el concepto de
restauración implica una vuelta a lo antiguo; sólo se puede restaurar aquello
que se ha tenido. Los discípulos no
tenían en mente un reino de carácter escatológico o espiritual sino la
recuperación de la antigua monarquía.
El reino: para conformar un reino, se necesita de un rey,
súbditos, tierra e independencia política.
En el momento preciso de la pregunta, Israel cuenta con súbditos, tierra
y un rey (a criterio de los discípulos Jesús era el rey de los judíos). Ellos no contaban con independencia política
porque estaban bajo el dominio de los romanos.
Esto quiere decir que para restaurar el reino, solo hacía falta
recuperar la soberanía nacional expulsando a los romanos de su tierra.
A Israel: es verdad que
algunas veces a la iglesia se le llama Israel (Gálatas 6:16). Sin embargo en este contexto, los discípulos
tienen en mente al Israel terrenal.
En este tiempo: aquí está el
énfasis de la pregunta. Los discípulos
no preguntaron si el reino de Israel sería o no restaurado; para ellos la
restauración de la soberanía política de Israel era una verdad indiscutible. Su interrogante era si dicho acontecimiento
sucedería en su tiempo o no.
¿Qué motivó la pregunta de los discípulos?
La mejor manera de comprender la insistencia de los discípulos en presentar
esta pregunta a Jesús es ubicarnos en su propio contexto histórico, asumir que
somos judíos del Primer Siglo.
Desde niños, habían aprendido que ellos eran el pueblo predilecto de Dios (Éxodo
19:4—6), pero que lamentablemente habían sido castigado por causa de su pecado (2
Crónicas 36:15—21). Sin embargo, cuando
se arrepintieran de todo corazón, el Señor los perdonaría y restauraría
completamente (Deuteronomio 30:1—10).
Como nación, ellos se arrepintieron y trataban de cumplir la ley de Dios de
la mejor manera posible. Habían vuelto a
la tierra prometida; pero se encontraban sin rey, sin autonomía y con mucha
pobreza debido a los altos impuestos que Roma les exigía.
Cuando conocieron a Jesús, sus esperanzas mesiánicas salieron a flote. Ellos esperaban que Jesús los sacara de la
miseria y les devolviese su independencia política. Esta esperanza puede notarse en las palabras
de los discípulos en camino a Emaús.
“…de Jesús nazareno, que fue
varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el
pueblo; y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes
a sentencia de muerte, y le crucificaron.
Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a
Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto
ha acontecido” (Lucas 24:19—21).
Ellos le habían seguido porque tenían la esperanza de redención
nacional. Creían que Jesús los guiaría
hacia la independencia nacional.
Cuando Jesús resucitó, les habló acerca del reino de Dios (Hechos
1:3). El mensaje del reino se centra en
la pasión de Cristo y la necesidad de predicarlo entre las naciones. Jesús dijo:
“Así está escrito, y así fue
necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día y
que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en
todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de estas cosas” (Lucas 24:46—48).
¿Qué tenía que ver esto la restauración de la soberanía de Israel? Parece que nada o muy poco. El mensaje del Reino de Dios no incluía la
restauración del reino a Israel. Sin
embargo, la pregunta continuaba viva dentro del corazón de los discípulos.
En conclusión, su pregunta no nace de la ignorancia teológica o la
confusión de categorías entre Israel terrenal y reino de Dios. Ellos perfectamente sabían que el reino de
Dios y la restauración del reino a Israel eran dos cosas distintas. Su pregunta nace, entonces, de un corazón que
ama a su nación; de toda una vida inclinada al patriotismo; por eso insistían
en hacerla. Este es el mismo amor que
podemos sentir por nuestra propia familia o nación. Cuántas veces al igual que los discípulos,
nos preguntamos por asuntos puramente terrenos: ¿Tendrá Dios un plan para mi
familia? ¿Hasta cuando saldrá nuestra
nación de la pobreza, el subdesarrollo y la injusticia social? ¿Hasta cuando dejaremos de sufrir violencia
en la tierra?
¿Cuál fue la respuesta de Jesús?
Generalmente, Jesús no responde a nuestras inquietudes sino a nuestras
necesidades. La respuesta de Jesús no
satisface la curiosidad de los discípulos.
Sin embargo, le dice lo que ellos necesitan escuchar.
En la respuesta de Jesús encontramos tres puntos importantes:
Primero, Jesús no niega la restauración política de
Israel. Por el contrario, su respuesta afirma
que Dios ha establecido un tiempo para ella.
¿Minimiza esto la importancia de la Iglesia? De ninguna manera. La Iglesia es un reino espiritual cuya misión
es dar testimonio de la resurrección de Cristo para salvación a todas las
naciones. Ella fue amada y planeada por
Dios antes de la fundación del mundo (Efesios 1:3—14). Sin embargo, su existencia no imposibilita
que Dios tenga planes terrenales para una nación en especial.
¿Solo para Israel tiene planes el Señor?
De ninguna manera. A Dios también
le importa el destino sociopolítico de los muchos pueblos que conforman la
tierra. Los israelitas se creían únicos,
pero el profeta Amos los saca de su error diciendo
“Hijos de
Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová?
¿No hice yo subir a Israel de la tierra de
Egipto,
y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos?”
(Amos 9:7).
En pocas palabras, Dios tiene un plan para cada nación bajo la tierra incluyendo Israel. Al Señor también le importan las injusticias sociales, la explotación de los pueblos marginados del tercer mundo. La existencia de la iglesia como reino espiritual no niega la intromisión del Señor en los asuntos sociopolíticos.
Segundo, Jesús no solo evade la pregunta sino que prohíbe
inquirir sobre los tiempos que el Padre ha puesto. “No os toca a vosotros saber” dijo
Jesús. Es realmente increíble cuantas
personas se han aventurado a proponer fechas para acontecimientos
escatológicos. Tal práctica nace del
deseo humano de controlarlo todo. El
futuro pertenece a Dios; a nosotros confiar en su providencia a cada instante.
Tercero, los discípulos tienen una misión superior. Jesús no eligió a doce hombres para restaurar
el reino a Israel; tampoco para cambiar la situación sociopolítica de los
pueblos del mundo. Ellos fueron
comisionados a dar testimonio de la resurrección de Cristo. Jesús les dijo: “y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos
1:8). A esto fuimos llamados también
nosotros. La transformación
sociopolítica de nuestras naciones es importante, pero más que ella es el reino
de los cielos. Si cambio la situación
económica de una persona cambiaré su vida por unos años; pero si la convierto a
Cristo trasformaré eternamente su existencia.
En conclusión, los discípulos preguntaron si Jesús iba a restaurar la
monarquía israelita expulsando a los romanos.
Jesús les dijo que el Padre tiene un tiempo para todo pero que a ellos
no debía interesarles eso sino dar testimonio de la llegada del Reino de
Dios. El Reino ha llegado; Cristo ha
resucitado de los muertos y la Iglesia da testimonio de ello.
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me gusto realmente nunca habia leido a profundidad es la 1ra vez es muy bueno saber mas sobre Dios. que el lo permita seguir haciendo y sea mi guia bendiciones
ResponderEliminarExcelente me gusto mucho
ResponderEliminarBueno gracias
ResponderEliminarBueno gracias
ResponderEliminarbuenas tardes, entonces puedo entender que la restauración de Israel vino cuando en los años 40 cuando es nuevamente considerada como Nación?
ResponderEliminarMuy buen comentario excelente
ResponderEliminarLamentablemente la doctrina de las diferentes dispensaciones han torcido sobre lo que es este tema.
ResponderEliminarLas 10 tribus se expandieron y sólo quedó la tribu de juda y Benjamin en la tierra de Israel. Lonque se llama la casa de Efraín y la casa de Juda. De eso se trata esta pregunta de los dicipulos. Jesucristo dijo he venido a buscar a las ovejas perdidas de Israel. Romanos 11 explica que todo el que viene a El somos insertados en el Olivo. Se divivdo el Reino la del Norte y la del sur. Ezequiel 37 le ayuda a entender.
Qué buena respuesta, en medio de tanta confusión que hay hoy sobre ese tema. Muchas gracias
ResponderEliminarExcelente estudio me a edificado muchísimo, gracias desde PR , les enviamos ricas bendiciones
ResponderEliminarBuenísimo Bendiciones
ResponderEliminarMuy buen comentario gracias
ResponderEliminarDios le bendiga y le siga dndo capacidad,paraayudar a otros,estaba confundida en algo,pero el Espiritu Santo a travéz de usted me lo aclaró todo,gloria a Dios.
ResponderEliminarMu bueno. Muchas Gracias.
ResponderEliminarAmén. Yo agregaría que a la pregunta apostólica por el reino político, El Maestro les responde del poder del Espíritu Santo...
ResponderEliminarBuen tema, ay muchos pastores metidos en la política,esperanzados ,en un cambio,en sus países y se olvidan a qué les ha llamado el señor,,, bendiciones.
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